Maternidad y trabajos flexibles en América Latina
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Por Inés Berniell (CEDLAS-FCE-UNLP), Lucila Berniell (CAF), Dolores de la Mata (CAF), María Edo (UdeSA) y Mariana Marchionni (CEDLAS-FCE-UNLP y CONICET) / Marzo-2021 /
Pese a los importantes avances logrados en las últimas décadas, las brechas de género en los mercados laborales de América Latina siguen siendo grandes. Esta situación también se observa en las regiones más desarrolladas en donde la evidencia más reciente concluye que la maternidad es el factor clave detrás de la persistencia de estas brechas. En Dinamarca, por ejemplo, mientras que la maternidad explicaba el 40% de las brechas de género en ingresos laborales allá por 1980, en 2017 casi el 80% puede atribuirse a la presencia de hijos. En efecto, para muchas madres la llegada del primer hijo implica dejar de trabajar o trabajar menos horas, mientras que las que permanecen empleadas reciben un salario menor. En contraste, las trayectorias laborales e ingresos de los padres prácticamente no se ven afectados ante la llegada de los hijos. La maternidad, entonces, abre brechas de género que persisten incluso muchos años después del nacimiento.
En un reciente documento de trabajo mostramos que, a pesar de las diferencias institucionales y culturales con los países más desarrollados, también en América Latina la maternidad constituye uno de los principales responsables de las brechas de género en empleo e ingresos.
El efecto de la maternidad en los resultados laborales en América Latina
Las brechas de género en América Latina son muy grandes. En particular, la tasa de participación laboral femenina es 27 puntos porcentuales inferior a la de los hombres, las mujeres ganan un 17% menos que los hombres con similar educación y experiencia, y están muy subrepresentadas en puestos jerárquicos altos, tanto en el sector privado como en el público. Sin embargo, la evidencia disponible sobre los efectos de la maternidad para nuestra región es todavía muy escasa. Una excepción es un artículo de reciente publicación en el que analizamos el impacto de la maternidad sobre la informalidad para el caso chileno. Tal como se muestra en el Gráfico 1, la participación laboral de las mujeres (panel A) cae drásticamente luego del nacimiento del primer hijo (indicado por la línea punteada vertical), como también sucede con los ingresos laborales (panel B). En cambio, dentro de las mujeres que están empleadas la maternidad se asocia a un muy importante aumento en la informalidad laboral (panel C). Es importante destacar que estos resultados permanecen hasta 10 años después de la llegada del primer hijo.
En un nuevo documento de trabajo complementamos el análisis para Chile con otros tres países latinoamericanos: México, Perú y Uruguay. Nos concentramos en estos cuatro países porque son los únicos que cuentan con la información necesaria para realizar este tipo de análisis: las trayectorias laborales y de fecundidad de mujeres y hombres. Nuestros resultados en todos los casos son similares a los del caso chileno: el nacimiento del primer hijo tiene fuertes consecuencias laborales para las madres y prácticamente no hay impacto sobre los padres.
Figura 1. Efectos de la llegada del primer hijo en resultados laborales de madres y padres en Chile
Fuente: Gender Gaps in Labor Informality: The Motherhood Effect. Berniell, I; Berniell L.; de la Mata, D.; Edo, M.; Marchionni, M. Journal of Development Economics, Volume 150, 2021.
El alto precio de la flexibilidad horaria para combinar familia y trabajo
En los cuatro países analizados encontramos que la maternidad lleva a las mujeres a desempeñarse en ocupaciones que permiten una mayor flexibilidad horaria. Por ejemplo, la llegada del primer hijo aumenta la tasa de empleo a tiempo parcial de las mujeres entre un 16 y un 29 por ciento en los años que siguen al nacimiento, y hasta un 43 por ciento en el más largo plazo. Asimismo, la llegada del primer hijo dispara un importante aumento en las tasas de autoempleo y de informalidad laboral para las madres, pero no para los padres. En el mediano plazo, las tasas de autoempleo para las madres se mantienen entre un 17 y un 42 por ciento por encima de los niveles previos al nacimiento, mientras que la informalidad aumenta entre un 16 y un 50 por ciento, dependiendo del país analizado.
Estas “elecciones” ocupacionales esconden altos costos para las mujeres. El empleo a tiempo parcial, el autoempleo y los trabajos informales implican salarios más bajos, ausencia o menor calidad de coberturas de protección social, mayor inestabilidad laboral y peores perspectivas de desarrollo profesional o de carrera. A cambio, solo ofrecen la tan necesaria flexibilidad horaria. ¿Por qué son las mujeres –y no ambos padres- las que pagan este alto costo en el mercado laboral al transformarse en madres? La respuesta a esa pregunta tiene mucho que ver con las normas sociales y con la disponibilidad y diseño de las políticas públicas para conciliar la vida familiar y laboral en cada país.
En el mismo documento de trabajo utilizamos información de 18 países de América Latina para comparar la participación laboral de las mujeres que son madres con la de aquellas que no tienen hijos, como una forma de aproximar el efecto de la maternidad con los datos disponibles para todos los países de la región. Lo que encontramos es que en aquellos países con normas sociales más igualitarias o mejores políticas de conciliación entre trabajo y familia, los resultados laborales de las madres tienden a ser más parecidos a los de las mujeres sin hijos, es decir, menor es el costo de la maternidad en el mercado laboral. El Gráfico 2 permite apreciar esta relación: muestra que en los países con normas más igualitarias el costo de la maternidad sería más bajo (panel A), lo que puede asociarse a que las normas sociales moldean expectativas desiguales sobre el rol que las madres y los padres deben cumplir en el cuidado de los hijos. Por otro lado, y dado que las madres son las principales proveedoras de cuidado, la existencia de políticas amplias de cuidado infantil se asocia con un menor costo de la maternidad en términos de la participación laboral femenina (Panel B).
Figura 2. Cambios en el empleo femenino asociados a la maternidad: Las caídas en la participación laboral son mayores en los países con normas menos igualitarias (panel A) o con menor acceso a educación inicial (panel B)
Fuente: Motherhood and flexible jobs: Evidence from Latin American countries. Berniell, I; Berniell L.; de la Mata, D.; Edo, M.; Marchionni, M. WIDER Working Papers Series 2021-33.
El fomento de políticas que promuevan la corresponsabilidad en el hogar, así como aquellas que permitan una mayor conciliación de la vida familiar y laboral son pilares fundamentales para promover la participación laboral de las mujeres, mejorar la calidad de los empleos femeninos y reducir las brechas de género en salarios. En América Latina, todavía hay mucho espacio para avanzar en estas direcciones.
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Referencias
– Berniell, I., Berniell, L., de la Mata, D., Edo, M., & Marchionni, M. (2021). Gender gaps in labor informality: The motherhood effect. Journal of Development Economics, 150, 102599. https://doi.org/10.1016/j.jdeveco.2020.102599
– Berniell, I., Berniell, L., de la Mata, D., Edo, M., & Marchionni, M. (2021). Motherhood and flexible jobs: Evidence from Latin American countries (No. wp-2021-33). World Institute for Development Economic Research (UNU-WIDER). https://doi.org/10.35188/UNU-WIDER/2021/971-6
– Marchionni, M., Gasparini, L., & Edo, M. (2019). Brechas de género en América Latina. Un estado de situación. Caracas: CAF. http://scioteca.caf.com/handle/123456789/1401
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Se permite reproducir esta entrada de blog, pero se solicita citar la fuente: Berniell, Inés, Berniell, Lucila, de la Mata, Dolores, Edo, María, & Marchionni, Mariana. (Marzo-2021). Maternidad y trabajos flexibles en América Latina. Blog del CEDLAS, https://www.cedlas.econo.unlp.edu.ar/wp/maternidad-y-trabajos-flexibles-en-america-latina